Jornada Mundial de los Pobres
Los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios. Como Padre, cuida de los que más lo necesitan: los pobres, los marginados, los que sufren, los olvidados. Pero nadie está excluido de su corazón, ya que, ante Él, todos somos pobres y necesitados. Todos somos mendigos, porque sin Dios no seríamos nada. Dios nunca nos abandonará ni nos dejará sin respuesta.
En este año dedicado a la oración, el papa Francisco nos incita a escuchar la oración de los pobres, tomando conciencia de su presencia y su necesidad. Es una ocasión propicia para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los más necesitados.
Saber detenerse, acercarse, dar un poco de atención, una sonrisa, una caricia, una palabra de consuelo… A cada uno debe llegarles nuestra solidaridad y el signo de la caridad cristiana.