
El 5 de octubre se conmemora la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, un momento que nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre el vínculo entre esperanza, migración y misión.
En un mundo oscurecido por guerras e injusticias, incluso allí donde todo parece perdido, los migrantes y refugiados se erigen como mensajeros de esperanza.
Recemos en esta jornada por un futuro de dignidad y paz para todos los seres humanos, parte esencial del proyecto de Dios para la humanidad y el resto de la creación.