
El domingo 27 de abril fue un día de profunda alegría para un grupo de jóvenes provenientes de distintas localidades del sur de Chile —Coyhaique, Parral, Retiro, Piguchen y Santa Adriana— quienes, luego de un proceso de preparación sostenido en el tiempo, recibieron el sacramento de la Confirmación.
La Hna. Ma. Gabriela Valenzuela, desde Santiago, acompañó virtualmente a estos jóvenes en su camino de fe, respondiendo a la solicitud del párroco de Retiro (comuna de la provincia de Linares). Durante varios meses, cada lunes a las 21:30 horas, después de sus jornadas de estudio o trabajo, estos jóvenes se conectaban para recibir su formación catequética en modalidad online. El proceso comenzó con la preparación a la Primera Comunión y culminó este domingo con la celebración de la Confirmación.
“Fue una celebración muy emocionante, sobre todo por la perseverancia de los jóvenes, que daban lo mejor de sí en cada encuentro”, comenta la Hna. Gabriela. “Para mí también fue un desafío, porque nunca había dado catequesis en modalidad virtual. Tuve que aprender nuevas formas de acompañar, y agradezco profundamente a mi comunidad que me alentó en este tiempo.”
El proceso también incluyó algunos encuentros presenciales, y fue valorado especialmente por Monseñor Tomislav Koljatic Maroevic, obispo de la Diócesis de Linares, quien presidió la celebración del sacramento y compartió su emoción al ver la participación activa y comprometida de los jóvenes.
La experiencia no terminó ahí. La noche del mismo domingo, Monseñor Koljatic quiso tener un nuevo encuentro, esta vez virtual, con todos los confirmados. “Quiso conocer su experiencia, y los jóvenes le manifestaron su gratitud por su cercanía. Se sintieron escuchados y reconocidos por su Pastor”, relata la Hna. Gabriela. En ese mismo encuentro, el obispo los invitó a continuar este camino de fe, proponiéndoles reunirse una vez al mes para seguir profundizando en la oración y la formación cristiana.
Este testimonio de fe, perseverancia y compromiso es signo de esperanza para nuestra Iglesia. Como Consolación, nos alegramos de acompañar estos procesos y de ver cómo el Espíritu sigue obrando en los corazones de los jóvenes, incluso a través de nuevas modalidades que acercan, unen y animan la vida cristiana.