
Hoy, 21 de marzo, en adhesión a la celebración del Día de la Toma de Conciencia de los Derechos de las Personas con Síndrome de Down, los estudiantes de los niveles primario y secundario de nuestro colegio participaron activamente en una jornada de reflexión y aprendizaje.
La actividad contó con la valiosa presencia del Centro Educativo Terapéutico de Concepción (CETCO), institución que brinda educación especial a personas con discapacidad, jóvenes y adultos mayores. Juntos, compartimos momentos de diálogo, preguntas y descubrimientos que nos permitieron cuestionarnos sobre la diversidad, la normalidad y la riqueza de nuestras diferencias.
¿Por qué usamos medias distintas?
Más allá de ser un símbolo visual llamativo, las medias de diferentes colores y diseños representan la forma de los cromosomas en el cariotipo del Síndrome de Down. Nos invitan a reflexionar sobre la diversidad y la importancia de abrazar lo diferente.
¿Qué nos pasa con lo diferente?
A menudo buscamos lo "normal", pero ¿qué es realmente la normalidad? Jornadas como esta nos desafían a ver las diferencias como parte natural de nuestra existencia, aceptando que cada persona, cada circunstancia, cada historia es única y valiosa. No hay una única forma de ser o vivir; hay una gama de colores en la que todos tenemos un lugar.
Aceptar: ¿Cómo lo hacemos?
-
Mirando la diversidad de frente, sin huir, negarla o rechazarla.
-
Aprendiendo de ella, comprendiendo que cada persona tiene un don y algo que enseñarnos.
-
Descubriendo que, en ese camino de aceptación, podemos encontrar incluso nuestro propio propósito de vida.
De la aceptación a la celebración
Hoy dimos un paso más: celebramos la diferencia. En cada compañero, en sus talentos, en sus particularidades, podemos ver la presencia de Jesús y la riqueza de la diversidad humana. Al celebrar lo que nos hace únicos, nos acercamos a un mundo donde la inclusión no sea una petición, sino una realidad natural.
Desde nuestro colegio, reafirmamos el compromiso de educar en el respeto, la empatía y la valoración de cada persona. Porque todos tenemos el mismo derecho de estar aquí, de ser reconocidos y amados, y de caminar juntos en la búsqueda de la felicidad.