La parroquia de la Encarnación de Santa Fe (Granada), ha vivido este año una Epifanía muy especial. Personas de ‘toda lengua, pueblo y nación’ nos hemos congregado para ser testigos de la manifestación de Dios a través de la Consagración perpetua de Toñi Cabello, hermana de la Consolación. La familia de Toñi, la comunidad parroquial, hermanas de diferentes procedencias y un grupo internacional de junioras nos hemos sentido identificados con el canto de entrada:
Somos testigos de algo grande que sacia el corazón y se comparte
Somos testigos del amor. Somos la familia del Señor.
Testigos de algo grande, ¡sabiduría de la pequeñez! Los pequeños, los humildes se dejan conducir por las señales de Dios.
Así lo expresó D. Francisco párroco de santa Fe y delegado del Señor Obispo para presidir esta celebración: “Los magos escrutaban el cielo en busca de algo más grande que ellos y ellos nos invitan a levantar la mirada para buscar la verdadera Luz, una búsqueda que pone en camino. Así es la vida consagrada: un peregrinaje en la fe provocado por el encuentro con Aquel que primero se ha puesto en camino hacia nosotros y nos ha dejado heridos con su amor sin medida para que le busquemos”.
Algunos de nosotros hubiésemos querido preguntar a Toñi: ¿qué te motivó a orar postrada pidiendo la intercesión de los santos, qué quisiste expresar?
Entendimos que con ese gesto, con esa actitud de adoración y humilde abandono se estaba poniendo en manos de Dios siempre fiel para proclamar después, también humilde y confiadamente “…por todo el tiempo de mi vida…en castidad, pobreza y obediencia. Votos de libertad y plenitud como también subrayó el celebrante en una expresiva comparación con los dones de los magos:
Adorar es regalar oro, para decirle que nada es más valioso que Él. Un corazón despojado de bienes y libre para amar, más valioso que el oro.
Adorar es regalar incienso: (relación con el Señor) Amarle con un corazón casto, con un amor que se apasiona por hacer su voluntad, es el mejor culto.
Adorar es regalar mirra: con la que se ungían los cuerpos heridos y destrozados como el de Jesús en la cruz: Es ofrecerle nuestra disponibilidad y obediencia para hacernos cargo del dolor de tantos probados por el sufrimiento, del débil; débiles y humildes como ellos.
Terminó la celebración con una invitación para cada uno de los participantes, porque la epifanía también es recuerdo de nuestro propio bautismo y por tanto de nuestro compromiso cristiano: Que nuestra vida sea el mejor don, que sea reflejo de esa Luz que brilla para todos, reflejo de caridad, consuelo, ternura de Cristo; con la libertad y la valentía de los que nada temen porque confían en Dios. Que como Mª Rosa Molas ofrezcamos cada día el regalo de nuestra vida para sostener la esperanza de los débiles, luchar por la justicia y construir el Reino de Dios.
No podía terminar el día sin hacer memoria de la vida de Toñi a través de un video de su día a día construyendo comunidad al servicio de los residentes de Santa Fe, recordando su paso por otras comunidades, su servicio a los enfermos, colaborando en las Parroquias, atendiendo a sus pacientes en el Hospital de la Reina de Ponferrada y en el Hospital de la Inmaculada de Granada y comprometida con los proyectos de Delwende que simbólicamente estuvieron presentes en el salón donde se compartió el ágape fraterno y una tarde con mucho sabor andaluz.