Del 1 al 8 de julio, nuestra comunidad y obra apostólica en Santa Rosa tuvo la alegría de recibir la Visita Pastoral de la Hna. Valeria Vernal, Superiora Provincial. Una semana de encuentro, escucha y discernimiento compartido que nos ayudó a renovar el sentido de nuestra misión en este lugar.
Durante su visita, la Hna. Valeria se reunió con los equipos directivos de los tres niveles del colegio, así como con representantes de la Unión de Padres de Familia. En cada encuentro, se fortaleció el compromiso con la misión compartida, acogiendo los desafíos y sueños que nos animan a sostener esta obra de Consolación al servicio de la vida.
Con el lema "Somos Iglesia en misión: anuncio de esperanza y consolación", la Hna. Valeria dialogó también con el personal docente del nivel secundario, recordándonos la importancia de caminar en sinodalidad, abiertos a la novedad del Evangelio que se revela en lo cotidiano y sencillo.
Tuvo también la oportunidad de compartir con el P. Fabián Díaz, párroco de Santa Rosa, profundizando en la comunión eclesial y en la presencia de la Iglesia local que nos sostiene.
A lo largo de la semana, la Hna. Valeria saludó con especial cariño a los estudiantes de los tres niveles. Participó del acto cívico por el Día de la Independencia junto al nivel primario, donde compartió la alegría y el compromiso de educar en los valores de nuestra historia. Saludó también a los niños y niñas del nivel inicial, y a los jóvenes de nivel secundario que se encontraban en el colegio rindiendo sus exámenes de recuperación del primer cuatrimestre.
A nosotras, sus hermanas, nos animó a permanecer unidas, a sostenernos y acompañarnos en la misión confiada. Agradeció cada servicio y cada gesto de entrega silenciosa. Encomendándonos a María, Madre de la Consolación, nos dejó el deseo de cultivar una mirada de esperanza, que nos impulse a ser peregrinas apasionadas, orantes, decididas a poner en el centro la única misión:
“Contemplar y proclamar el misterio de la misericordia revelado en Cristo Jesús, sostener como Él la esperanza de los pobres y anunciar el Reino” (Const. 3).
Como cierre, nos confió una pregunta que sigue resonando en nuestros corazones y nos lanza a seguir caminando:
¿Qué es lo que el Señor nos invita a vivir en nuestra presencia en Santa Rosa?
Somos parte del hoy de la misión de la Congregación, llamadas a consolar y cuidar la vida allí donde estamos sembradas.